Emprendiendo

Law, People & Happiness

jueves, 19 de noviembre de 2015

Día 27: 30 segundos... para decidir, actuar y ganar...

En este día tuve la dicha de asistir a una capacitación sobre negociación. El instructor fue muy propio en el manejo del tema. No obstante, debo decir que una de las preguntas que planteó fue lo que más me quedó palpitando en la mente: ¿qué tan preparados están para presentar su o sus proyectos a un desconocido? A partir de ahí, desencadenó varias interrogantes que me hicieron reflexionar sobre algo en lo que he escrito anteriormente. Soy un soñador. Pero me hace falta poner en acción lo que quiero. No porque sea alguien que desee perder el tiempo, sino porque no he ordenado bien las ideas. Hay al menos 3 proyectos que tengo en mente. De los cuáles estoy seguro que quiero vivir. Pero aún no los he aterrizado lo suficiente ni me he dado a la tarea de estructurarlos lo suficientemente bien como para que otros quieran acompañarme en esas aventuras. Resulta que en la vida de cada uno de nosotros hay muchos proyectos, en los que indefectiblemente buscamos la prosperidad nuestra, de los seres que amamos y, en el mejor de los casos, de la sociedad en la que vivimos. Generalmente, se queda como un cúmulo de buenas intenciones, sin transcendencia. Decir que la desidia es lo que no permite que cuajen esos planes, no es exagerado. Porque quienes no hacemos un plan correcto, difícilmente llevamos a buen término lo que queremos. La razón por la que mucha gente que se propone bajar de peso, no lo logra, en la mayoría de las veces se debe a que no lo planifican bien, ni tienen el objetivo claro. No es lo mismo decir “quiero bajar de peso” (que es un deseo, una declaración), a señalar “quiero bajar 30 libras de peso en 5 meses” (ya hay una medida para cuantificar e ir midiendo en el camino si se va avanzando o retrocediendo). De hecho, al inicio de 2015 mi peso había llegado a 203 libras, a mediados de año vino una ruptura sentimental que me dejó muy afectado, y a raíz de eso me puse más disciplinado en el gimnasio y acudí donde la nutricionista. 4 meses después de un régimen donde aprendí a comer correctamente, donde me obligué a ir a hacer ejercicios aunque no quisiera, logré llegar a las 163 libras. Entre enero  y noviembre del año, logré una diferencia de menos 40 libras de peso. Sin duda un logro que quiero conservar, sobre todo para sentirme bien y para mantener mi salud. La clave para alcanzar la meta, fue que cuando comencé el régimen con Paulina (mi nutricionista) nos fijamos metas volantes y una meta final. Cada quince días hemos ido revisando mi evolución. La planificación, la revisión y la disciplina lograron que alcanzara lo que hace un año me habría parecido imposible. En otra entrada les contaré sobre cómo me convertí de espectador a participante de una carrera que siempre me gustó. Por lo pronto, vale la pena preguntarse si conocemos todos los detalles de los sueños que tenemos, a tal grado que en 30 segundos seamos capaces de exponerlos a un desconocido, y lograr que este se embarque en la construcción del proyecto. Si aún no lo podemos hacer, es tiempo de planificar, de definir las metas claras. De escribirlo… Hoy, vamos con todo!!!

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