Hace exactamente dos meses escribí la última entrada del
Blog. Fueron 60 días en los que voluntariamente quise estar callado. Sabía que
en ese lapso de tiempo acontecerían varias fechas que son muy importantes para
mí, y además necesitada darme un descanso. Es bien sabido que quien sabe
trabajar bien, sabe descansar bien. Durante este tiempo he logrado superar
muchos obstáculos que habían venido dándose en mi vida. He logrado readecuar
varios sueños, y me he mantenido firme en muchas decisiones que he tomado.
Gracias a Dios he podido ir en un rumbo correcto. Durante este lapso de tiempo
he logrado meditar que cuando las cosas no marchan tan bien como quisiéramos
corremos el riesgo de caer en la creencia de que nuestras vidas son un conjunto
de ciclos donde hay subidas y bajadas, y donde podemos hacer poco o nada para
corregir ese destino. Creer eso, es resignarse a que nada será mejor a pesar de
los esfuerzos, porque se tiene la idea de una vida cíclica, inevitable. Otra
perspectiva, quizá haga que las cosas sucedan, y es la que considera que en
lugar de una repetición constante de acontecimientos, la existencia es lineal.
Donde el ser humano no es presa de los ciclos sino que es el dueño de su
futuro. Las líneas pueden ser ascendentes o descendentes. De ahí el concepto de
causalidad, o la ley de siembra y cosecha. Si se hace lo correcto, tarde o
temprano se tiene como recompensa algo bueno. De igual manera, si se hace algo
malo, siempre llegará la consecuencia del acto. La trascendencia no se mide por
los bienes materiales que se acumulan sino por las ideas y los aportes que se
hacen al género humano. De seguro muchos de nosotros somos y seguiremos siendo
anónimos. Nuestros nombres no saldrán en los noticieros ni en los periódicos
más importantes. Es muy probable que ni siquiera los líderes locales sepan
nuestros nombres, pero lo cierto del caso es que tenemos la posibilidad de ser
hombres y mujeres que trasciendan el anonimato, dejando en las personas que
conviven con nosotros una huella imborrable. Las palabras dichas a tiempo, los
gestos hechos en el momento oportuno y la generosidad sin publicidad son los caminos
más seguros para dejar un rastro positivo de nuestro paso por esta tierra.
Estos 60 días me han fortalecido. Hay mucho por hacer! Tantas cosas por decir y
escribir! Es tiempo de ir por todo!!!
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