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lunes, 29 de febrero de 2016

Día 40. La Generosidad (más allá del dinero y los bienes materiales)

Cada 4 años tenemos un 29 de febrero. En 2012, escribí eso en mi muro de Facebook. Hoy que leí esa publicación del recuerdo me percaté que este tiempo transcurrió como un parpadeo. Muy rápido. Sin embargo, durante este período, he acumulado experiencia. He reído, llorado. He amado y he tenido pérdidas. He avanzado y retrocedido. Me ha pasado tanto!!! Independientemente de lo que haya pasado en mi historia, lo que he vivido (haya sido bueno o malo) me ha permitido crecer. Aprender. Y todo ese cúmulo de sabiduría puede ser la herramienta más poderosa para impactar la vida de otros. En varias ocasiones he escrito sobre la importancia de ser generosos. Y cuando leemos la palabra "generosidad" generalmente la asociamos con bienes materiales o con dinero. Sin embargo, también comprende el tiempo que compartimos con otros y los consejos que podemos dar sobre la base de lo que ya hemos vivido. Ser generosos implica dar (y si lo que podemos regalar son lecciones para que otros no cometan los mismos errores que nosotros y puedan crecer con mayor celeridad, estaremos siendo hombres y mujeres que dan). Eso es lo maravilloso de vivir: no importa lo que pase; siempre podremos aprender para aportar valor a los demás. Si tuvimos una pérdida (de un ser querido o de una relación) con el correr del tiempo y luego del proceso de duelo, nos fortalecemos y podemos apoyar a quienes pasan situaciones similares. Se nos da la posibilidad de sumar y no de restar. Se nos permite consolar, porque ya una vez estuvimos en ese lugar. La generosidad también tiene qué ver con las palabras y las acciones. Es increíble cómo un simple gesto o una palabra de cariño y afirmación dicha a tiempo puede representar un milagro para alguien más. No callar lo bueno que tenemos qué decir, por lo tanto, también es una muestra de grandeza. Con lo dicho anteriormente, no digo que haya qué dejar de ayudar a la gente más necesitada que nosotros, ni tampoco digo que dejemos de aportar materialmente a otros (iniciando por nuestra familia). Sin embargo, sí afirmo que una forma espléndida de "dar" es por medio de los gestos y las palabras. Hay tanta gente en el mundo que está tan acostumbrada a recibir insultos y negativismo, que cuando alguien se le acerca para dar aliento o afirmar sus cualidades, al principio reaccionan con cautela y hasta desconfianza, porque se les muestra que su universo puede ser mejor. Y lograr eso, es convertirse en un milagro. A veces, los gestos más sencillos e irrelevantes (para nosotros) pueden ser la respuesta que alguien más está esperando. Hoy es un día que solo pasa cada 4 años. No esperemos a que sea 2020 para decirnos que hemos aprendido más y que hemos vivido mucho, si lo que hemos acumulado no lo hemos compartido para sumar a los demás. El reto es convertirnos en milagros vivientes. En personas que dicen palabras amables (no aduladoras). En quienes sumamos y multiplicamos, no restamos ni dividimos. Hoy, vamos con todo!!!

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