Emprendiendo

Law, People & Happiness

miércoles, 25 de febrero de 2015

Día 10. Secreto Número 6: Tomate un tiempo para descansar.



El pasado domingo fue impresionante para mí: me levanté tarde, me dio tiempo de preparar un rico y sustentable desayuno, ví la entrega de los premios Oscar y tomé una siesta. También almorcé con mis padres y mis hermanos. Descansé. Hace dos fines de semana, me fui a un balneario a El Salvador y me desconecté completamente. No ví correos electrónicos ni mensajes de texto o whatsapp. Descansé. ¿Cuál fue el resultado de esos maravillosos momentos? Me llené de energía, logré despejar mi mente y me renové para afrontar la situación crítica que vivo en la cotidianidad. El penúltimo secreto de una vida plena de Daniel y Jackie establece que la mejor manera de reinventarte y de ser más productivo es encontrando tiempo para descansar. Recuerdo que hace muchos años aprendí el axioma de que las personas que saben descansar bien son las que saben trabajar bien. Porque encuentran equilibrio y eso permite que tengan una existencia en la que no hay espacio para la infelicidad. Y la profundidad de este secreto radica exactamente en hallar ese punto medio en el que seamos productivos pero nos dediquemos tiempo para descansar. De hecho las vacaciones anuales de los trabajadores tienen un trasfondo de salud ocupacional. Una persona necesita desconectarse de su rutina para recargar las baterías. Por esa razón las personas que solicitan que (ilegalmente) les paguen los días de vacaciones en lugar de gozarlas, son menos productivas porque van acumulando cansancio. El problema es que puede convertirse en Burnout (el término que se utiliza actualmente para señalar a las personas que están quemadas emocional y físicamente por el trabajo). Hay incluso personas que piensan como Einstein, quien decía que no dormía mucho porque cuando estuviera muerto tendría una eternidad para descansar. Pero esa tampoco es una filosofía para todo mundo. Lo normal, fisiológicamente hablando, es que se duerma y descanse lo suficiente, para poder rendir. Si has sentido que estás agotado, o el estrés te está debilitando, seguro es porque no has encontrado un momento para descansar. Pero de verdad. Es decir sin consultar tus redes sociales, ni correos, ni llamadas telefónicas. Hacelo. Con unas horas que te tomés para vos, el mundo no va a colapsar y saldrás ganando mucho en beneficio de tu salud y felicidad personales.  

viernes, 20 de febrero de 2015

Día 9. Secreto Número 5: Divertite con las cosas sencillas de la vida.



En la actualidad Facebook tiene millones de personas conectadas alrededor del mundo. Hoy leí una noticia sobre el décimo aniversario de Youtube y las cantidades de reproducciones de los 10 vídeos más vistos, son astronómicas. Estamos en un mundo en el que creemos que estamos 100% conectados (al menos eso creemos los que vivimos en las ciudades o pueblos más o menos grandes), pero olvidamos que existen millones de personas que viven en las áreas rurales que no son parte de las redes sociales o de la web, y que sin embargo mucho disfrutan más de su existencia a pesar de las carencias y de no lograr estar con la adrenalina que genera la velocidad de internet y la información. ¿Cómo pueden? Sería la pregunta que muchos chicos nacidos después de la segunda mitad de los noventas se preguntarían. Sin embargo, los que somos más grandes y que nos ha tocado conocer el mundo antes del boom de internet sabemos que hay cosas, momentos y pensamientos que te pueden divertir, sin que medie un dispositivo móvil, una conexión a internet o una tableta. Estoy seguro de que cuando Daniel mencionó esta verdad al ver a Jackie, la gatita estaba jugando con algo insignificante, y aún así parecía divertida. En esta vida, las cosas más importantes y valiosas son las que no tienen precio. De igual manera las cosas más divertidas son las más sencillas. Una situación espontánea con quien amás, una broma en el trabajo, jugar con los hijos, bromear con tus padres, ver en la comodidad de la habitación una película con tu pareja, leer un libro, escuchar música, tirarte sobre una alfombra a descansar, escuchar un arroyo, ver un paisaje… Hay tantas situaciones y cosas que pueden darte diversión sin necesidad de hacer grandes gastos o de buscar cosas sofisticadas. La vida es  una sucesión de momentos, y en la mayoría del tiempo pasan cotidianidades. Ahí podés encontrar motivos de diversión. El secreto está en no perder tu capacidad de soprenderte, de reírte de vos mismo. Ha habido ocasiones en las que estando solo me río de tonterías que he hecho y eso es pasársela bien, sin necesidad de estar conectado por la red. Resulta un poco extraño que utilice las redes para tratar este tema, pero justamente porque la marea digital nos ha restado visibilidad es que te recuerdo que uno de los secretos más importantes para una vida feliz está más allá de tu conexión a internet. Está en vos, en tu tiempo, en la sencillez.

lunes, 9 de febrero de 2015

Día 8. Secreto Número 4: Intentar todas las veces que sea necesario...

El podcast


Luego de ver la película británica Pride me quedé pensando sobre los sueños que tenía cuando era un veinteañero y cómo en esa época creía que con mis ganas y mis ideales podría cambiar el mundo. Ahora que estoy a punto de cumplir 41, la perspectiva que tengo de la vida no es igual. Y me vino a la mente lo importante que era para mí el mantenerme firme a pesar de la adversidad. Desde la infancia mi madre y mi abuelita se encargaron de enseñarme que las cosas no pasan cuando yo quiero sino cuando es necesario. Y que si a la primera vez no se consigue algo, hay que intentar cuantas veces haya qué hacerlo. No es lo que uno sabe sino la persistencia lo que permite lograr aquello que anhelamos. Eso me sirvió mucho en la vida. He tenido ocasiones en las que las cosas no salen como quiero. Y sucede consistentemente. Pareciera que todo confluye para hacerme la vida de cuadritos, y que no hay salida. De hecho, en lo laboral estoy en una etapa así ahora mismo. Pero recuerdo que debo intentar cuantas veces sea necesario hasta lograr lo que quiero. Y aquí estoy, esperando… y luchando. El cuarto secreto para una vida plena nos enseña que aunque la meta sea pequeña o grande, lo que importa es el empeño que le pongamos. Eso hará la diferencia. La razón por la que mucha gente no cumple sus propósitos de año nuevo no es la falta de sueños, o de buena fe. Sino la falta de disciplina y consistencia. Muchos negocios no prosperan ni las vidas cambian para bien, no precisamente por la falta de oportunidades, sino más bien por la falta de carácter para levantarnos cuando nos caemos y creemos que las fuerzas se nos han acabado. Las vidas plenas tienen un precio, y la diferencia entre una persona muy exitosa y yo es solo la perseverancia. Debo tener fe, sí. Pero también debo actuar. Y cuando las cosas parecen que no van por buen camino, detenerme. Reconsiderar. Estar dispuesto a cambiar el rumbo si es necesario, pero nunca dejar de moverme. Nunca renunciar. Intentar todas las veces que sea necesario, hasta conseguir lo que se quiere. 

miércoles, 4 de febrero de 2015

Día 7. Secreto Número 3: Tratar de estar alegre siempre (Segunda Parte)


Soy consciente de que la palabra “siempre” dentro del título de esta entrada puede parecer muy complicada. Sobre todo porque en el diario vivir existen mil y una razones para molestarse, sentirse herido u ofendido. Desde el tráfico que causa cansancio, hasta los malos gestos de la pareja, pasando por problemas de trabajo o estudios y el enfrentamiento con la violencia generalizada en la ciudad de Guatemala. Sin embargo, es ahí donde está exactamente la razón de ser de este secreto. Hay que tratar de buscar motivos de alegría, aunque lo normal sea todo lo contrario. Eso requiere un esfuerzo. Sí. Pero la energía que se usa para buscar buenos momentos generalmente se multiplica como progresión geométrica. La última vez que escribí hice un recuento de la manera en que las personas de mi generación encontramos nimiedades que nos permitían ser felices. Incluso hace un par de días, me acordé de algo que hacía cuando era niño y que para mí representaba un placer: tirarme en el suelo o sobre la terraza y ver el cielo azul, hallarles formas a las nubes y pensar que más allá había un universo enorme. Pasaba largo tiempo en eso. La carencia de juguetes y la lectura que mi tía inculcó en mí, desarrollaron mi imaginación. Al final de cuentas, la raíz de este secreto consiste en no dejar morir la parte de niños que tenemos dentro y encontrar motivos sencillos para sonreír. Tomarte un café como te gusta, oler una flor, sentir el rocío de la mañana, escuchar la voz de tu pareja, ver caminar o hablar por primera vez a tus hijos, tomarte una selfie, hablar con tus padres, leer, encontrar un lugar para comer bien y barato, ver tu computador trabajar rápido, o cualquier otra situación sencilla, cotidiana te permiten encontrar momentos para estar alegre. Lo importante no es el entorno, sino tu perspectiva de la vida.