Una situación es segura: llegará el día en que yo dejaré de
existir y lo que hoy es importante, para entonces ya no tendrá ningún valor...// Hoy en la mañana sentía un fuerte dolor en el pecho. Hubo un momento en el que
asusté y acudí a la clínica médica de la empresa en la que presto mis
servicios. (He escuchado tantas historias de personas que comienzan con dolores
así y al poco tiempo sufren infartos. A eso hay qué agregar la hipocondría que –quienes
me conocen- saben que padezco). Cuando le comenté al médico los síntomas, su
primera pregunta fue: “¿has estado sometido a mucho estrés últimamente?”. Mi
respuesta fue “sí”. Entonces me replicó: “creo que sé de qué se trata”, y me
ordenó que me recostara en la camilla para los exámenes de rigor. Al presionar
varias partes de mi pecho, finalmente dio con el punto donde más sentía el
dolor. Entonces el doctor me explicó que afortunadamente no era nada coronario,
sino del esternón y que había un punto específico donde convergen una vena, una
arteria y un nervio que se dilatan cuando se está sometido a estrés y eso
provoca ese tipo de dolor. Me recetó un medicamento. Lo tomé y, una hora más
tarde, estaba bien. Sin embargo, este episodio me hizo replantearme muchas
preguntas sobre mi propia existencia. (Dentro de pocos días voy a cumplir 3
años de haber conocido a quien creí era la persona indicada y no lo fue.
Adicionalmente, en el trabajo he estado sometido a tiempos muy estrictos y
negociaciones para cumplimentar ciertos requerimientos legales insoslayables.
He tenido algunos atrasos con ciertos pagos que no me han hecho, lo que a su
vez me ha imposibilitado de responder a algunos acreedores. He pasado varios
días sin escribir a pesar de que tengo ideas. Y la lista de asuntos sigue…).
Ante todo esto ¿qué provecho trae a mi vida estar tan afanado con situaciones como
esas? ¿Vale la pena preocuparse tanto? ¿Es posible una existencia diferente?
Fueron algunas de las interrogantes que me planteé y sin lugar a dudas llegué a
la conclusión de que dado que llegará un día en que dejaré esta tierra y que el
tiempo corre demasiado rápido, no es justo para mí mismo afectar mi salud por
la preocupación o tristeza de situaciones que algún día se morirán conmigo. No
digo con esto que hay que ser cínicos o despreocupados. Solo afirmo que debemos
darle su justa dimensión. Reparar lo roto. Perdonar. Restablecer
relaciones. Trabajar y dar resultados. Buscar la excelencia. Pero no afanarse.
La vida tiene altibajos. Hoy estamos en la cima y quizá mañana nos toque estar
en el fondo. Cuando subimos la montaña rusa, el viaje es emocionante. Sube y
baja. Pero todo sucede demasiado rápido. Así es la existencia. Y si es tan
corta, lo mejor que podemos hacer es disfrutarla. Sanamente. Y actuar
con valentía. Entrar, como escribió Yourcenar, con los brazos abiertos… El oficio de "SER" es muy leve (como dijo Kundera), pero es maravilloso... Hoy,
vamos con todo…
woww este mensaje esto que nos diste nos mostraste es algo maravilloso lamento todo lo que has pasado y todo lo que pasas pero a una asi tus palabras jamas te rindes " la vida duele y lastima y si tal ves te haga daño y te ponga muchas barreras al frente pero jamas te dejas caer ni te rindes, sigues luchando y sigues subien en la montaña rusa.... mis respetos
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