Estoy a pocos días de cumplir 41 años, y como leí hace
tiempo, me encuentro en una encrucijada en la que no estoy totalmente contento
con lo que he hecho, ni con lo que soy, ni con lo tengo, pero en mí se mantiene
la certeza de que las cosas pueden mejorar. Lo cierto de todo, es que he
aprendido y cada cosa que he hecho y me ha pasado, me ha dejado enseñanzas. Soy
el resultado de lo que he vivido. Es maravilloso ser de las personas que
conocieron todavía el mundo sin internet y que esperábamos meses para que una
carta al extranjero fuera respondida. Pero también es excepcional ver los
adelantos y cómo por medio de la tecnología hoy puedo conectarme y llegar a
interactuar con personas en cuestión de segundos. En verdad la vida es maravillosa.
Hace algunos días escuchaba un programa de radio donde se hablaba de las
diferentes creencias sobre el final de la existencia, y básicamente se definían
2 grupos: los que aseguran que al morir todo acaba y los que creemos que
después hay una continuidad. Yo tengo la certeza de que más allá de los años
que pueda estar en esta tierra, hay algo más. Mi fe, cristiana, me regala esa
seguridad. Sé que hay otros que tienen creencias distintas pero también tienen
la esperanza de trascender. Y eso es maravilloso. A esta edad tengo muchas
deudas, hay ocasiones en las que esos problemas atacan incluso mi salud
emocional y física, pero fuera de eso tengo esperanza y sé que todo lo que
estoy viviendo me servirá para tener un mejor futuro, para ser creativo, para
ayudar más adelante a otros, para poner a prueba la fe. Cuando comencé los 20´s
era un muchacho sin tanto afán y con ganas de comerme la vida. Al llegar a los
30´s estaba enamorado y pensaba en estabilizarme. El año pasado que comencé los
40´s encontré en mi actuar cotidiano cierta decepción por no avanzar a pasos
agigantados, pero estoy seguro que esta década me depara sorpresas buenas. La
vida es única, y hay que saberla vivir. Los verbos que lo permiten son: Amar,
creer, reírse, enamorarse, soñar, actuar, ser generosos, compartir, asombrarse.
Bienvenidos 41 años, allá voy, y quiero más…
La vida ofrece innumerables retos. Este blog es uno de ellos. Consideralo parte de vos también para que juntos emprendamos la interacción en este viaje maravilloso llamado "vida".
Emprendiendo
Law, People & Happiness
domingo, 15 de marzo de 2015
viernes, 6 de marzo de 2015
Día 11. Secreto número 7: Disfrutá de comer bien.
Hoy, a la hora de almuerzo
conversaba con un compañero de trabajo sobre la dieta que hace. Me sorprendió
porque no parece de las personas que se cuidan mucho, y por lo que pude
observar solo ingiere comida muy saludable y agua pura. Cuando le hice la
observación sobre lo juicioso que es para comer me constestó que lo hace ya por
costumbre, debido a que es diabético y necesita tener una dieta balanceada. Me
dijo además, que si no le hubieran diagnosticado esa enfermedad crónica,
seguramente no habría formado el hábito de comer bien y saludable. Esa
afirmación de Carlos Francisco me hizo reflexionar sobre el hecho de que en
esta era de la información y la rapidez, muchas personas optamos por comer sin
disfrutar del acto mismo de alimentarnos y que formamos nuestra dieta con
comida que no aporta nutrientes a nuestro cuerpo. Los seis secretos anteriores
son una combinación de temas internos y físicos, sin embargo este último es
completamente físico. Y es que comer bien, no necesariamente debe ser un
tormento. El alimentarse sanamente es un hábito y si nos apegamos a la tesis de
Charles Duhigg, en su libro “The power of habit”, después de los 21 días de
formación del mismo debería ser algo natural, algo que se hace casi
mecánicamente. Este secreto es indispensable, porque una mala alimentación pone
en riesgo todo nuestro cuerpo y nuestro sistema inmunológico. La obesidad es un
riesgo tremendo sobre todo para problemas coronarios, de diabetes, cáncer, etc.
La diferencia entre comer bien y saludable, o no hacerlo puede ser nuestra vida
misma. Hay quienes afirman que las dietas que muchos nutricionistas ponen son
imposibles de seguir porque son caras o de ingredientes que no son parte de la
cultura culinaria de donde crecimos. Y quizá tengan razón. Pero comer
saludablemente no necesariamente es seguir un rito bien estructurado. Es comer
más frutas y verduras, menos grasa y menos carne. Tener una dieta balanceada y
beber la cantidad de agua pura correcta. Eso puede ser hasta más barato y es
una inversión que a largo plazo te puede alargar la vida.
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