Cuando quise darles forma a las ideas que estaban en mi cabeza, aparecieron muchas opciones, sin
embargo, luego de participar en el programa de 21 días de dar felicidad que un
periódico de mi país genera cada fin de año, y al terminar de leer por qué ese número,
me pareció genial utilizar el mismo fondo para esta serie que deseo compartir
con ustedes: las 21 razones para vivir. No considero que solo sea esa la
cantidad de situaciones por las que debamos disfrutar la existencia, pero sí es
una manera agradable de emprender un camino juntos. La primera de ellas es la
CERCANÍA, y cuando pensé en ese concepto efectivamente es en la manera literal
del mismo. Estar cerca de las personas, de los sueños, de las mascotas, de la
naturaleza, nos enriquece de manera extraordinaria. No somos seres aislados,
somos parte de un todo. Lo que hacemos, decimos y pensamos repercute en otros y
en nuestro propio destino. Pero esa cercanía debe disfrutarse. Hay ocasiones en
las que estamos rodeados de individuos pero no aprovechamos la situación para
conocerles y enriquecernos con sus vivencias. Cuando decidimos estar cerca de
los demás, de manera directa y honesta, conectamos y aportamos tanto como nos
aportan. Un hombre o una mujer que desea plenitud en su vida debe estar cerca
de los demás, interesarse de verdad por las pequeñeces de otros. Estar cerca
es, en conclusión, una buena manera de dar el primer paso hacia una vida plena.