Emprendiendo

Law, People & Happiness

viernes, 17 de abril de 2015

Día 13: Cerrar círculos y volver a vivir (1)



En su libro “The Top Five Regrets of the Dying”, la australiana Bronnie Ware muestra, de acuerdo a su experiencia como enfermera de moribundos, las razones por la que la mayoría de personas que están por morir se arrepienten. La tercera de ellas dice: “Me hubiera gustado haber tenido el coraje de mostrar mis sentimientos”. De hecho, en un reportaje que el periódico londinense The Guardian hizo sobre el libro, se afirma que muchas enfermedades se desarrollan por la amargura y el resentimiento que crecen como consecuencia de no mostrar los verdaderos sentimientos. Esta tesis es ampliamente desarrollada por el Doctor Don Colbert en su libro “Emociones que matan”. Además de lo anterior, he recordado que dentro de las 4 nobles verdades de la filosofía budista se expresa que separarse de lo deseable es sufrimiento y no obtener lo deseado también es sufrimiento. Estas no son perspectivas pesimistas de la existencia, sino todo lo contrario. Creo que darte cuenta de las consecuencias del apego y de no expresar tus sentimientos cobran una factura muy cara en tu propia vida. En este momento, me encuentro en un proceso de cierre de círculos. Una avalancha de sentimientos y emociones se han dejado venir en los últimos días y he visto cómo cambia la perspectiva y proyección en poco tiempo. Tener el coraje de decir y mostrar lo que se siente siempre es difícil porque creemos que podemos perder a quien amamos o porque “queremos mantener la fiesta en paz”. Sin embargo, tarde o temprano las consecuencias se dan, sea porque manifestaste lo que sentías o porque no lo hiciste. En este último caso el perdedor sos vos mismo. La mejor manera de pasar los procesos de duelo donde cerrás círculos y te desapegás, es no teniéndole miedo al dolor de la pérdida. Finalmente, cuando “dejás ir”, cuando perdonás y cuando aceptás que los ciclos terminan, se abren nuevas posibilidades para tu vida. Una puerta se cierra, otras se abren. Un período se acaba, otro comienza. Mientras nos mantenemos apegados a lo que inevitablemente fluye, no nos damos chance de renacer, de retoñar y de avanzar. No sabemos cuánto tiempo nos queda en esta existencia, lo mejor es mostrar nuestros sentimientos y vivir el duelo, porque el tiempo sana todas las heridas.